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Porteo y apego

Para casi todos los mamíferos recién nacidos, la separación de la madre es un peligro vital. Una premisa sencilla y fácil de aplicar cuando asumimos que somos ese tipo de mamíferos. ¿Entonces por qué nos empeñamos en desarrollar teorías y artefactos para mantener a los bebés separados de sus madres?

 

Esta premisa está basada en la observación directa sobre nuestra evolución y desarrollo como humanidad a lo largo de nuestra existencia, sabemos que hemos pervivido como especie gracias a las habilidades desarrolladas por nuestros ancestros, y tal vez una de las más importantes ha sido la forma en cómo hemos cuidado nuestras crías. 

 

Según Nils Bergman la separación del recién nacido activa una potente reacción de defensa,  que consiste en una especie de congelación y disociación por la activación del nervio vago. Los reptiles utilizan este mismo mecanismo de la defensa vagal para reducir su frecuencia cardíaca a niveles que matarían a los mamíferos, que necesitan más oxígeno. 

El tacto es tan importante para el desarrollo saludable de un bebé que la falta de estímulo y contacto en realidad hace que grandes cantidades de cortisol, la hormona  tóxica del estrés, sea liberada. Los altos niveles de cortisol en la sangre no sólo representan un impacto negativo en los niveles de la hormona del crecimiento sino que también repercuten negativamente en la función inmunológica.

El Grupo de Investigación del desarrollo de la Psicobiología en la Universidad del centro médico de Colorado informó de cómo los monos separados de sus madres durante un breve período de tiempo dejan de producir leucocitos para combatir las infecciones. Cuando se reúnen con sus madres su sistema inmunológico vuelve a la normalidad y empiezan a producir leucocitos de nuevo. (Montagu, 199)

Si lo queremos es seguir existiendo pero no solo sobreviviendo si no que podamos garantizar un desarrollo óptimo emocional, físico y mental deberíamos aprender más de nuestra familia mamífera y  recordar la forma en que nuestras ancestras han logrado cuidar de la humanidad.

Si uno de los fundamentos es el contacto, el apego y la vinculación para el buen vivir de la gente, una forma sencilla que nos permitirá garantizar esta condición la mayor parte del tiempo sería el porteo. 

El porteo  es una forma de llevar a bebé que permite un contacto continuo, y no solo ha sido practicado por humanos, nuestros parientes los primates también lo hacen. según Hassenstein nosotros pertenecemos a una categoría denominada “Los llevadores”, que son aquellos que tienen crías que son llevadas por sus madres, normalmente agarrados al pelaje (portadores activos; si bien también los hay portadores pasivos). De esta manera se mantienen a salvo, ya que están siempre cerca. 

El porteo es una práctica mamífera ancestral, donde los humanos  han utilizado diferentes técnicas y materiales como el uso de telas o fibras vegetales para garantizar el contacto continuo con mamá o cuidador, es así como no se rompe con la continua adaptación y desarrollo de bebé. 

Garantizar un apego seguro, donde garantizamos un apoyo consistente donde hay una presencia de contacto reparativo es la clave y el porteo es una de las herramientas con las cuales podemos lograrlo sin sacrificar las necesidades de bebé y las ocupaciones de la madre o cuidador. Con esta práctica podremos vincular a nuestros pequeños en nuestro quehacer diario y cuidar de ellos brindándoles de forma oportuna una respuesta asertiva en su desarrollo.

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